El reciente descubrimiento de un yacimiento de uranio en Chihuahua ha generado gran expectativa por su potencial en la producción de energía nuclear, considerada una de las fuentes más potentes de electricidad a nivel mundial. El uranio, un elemento metálico radioactivo con propiedades físicas sobresalientes, puede generar una enorme cantidad de energía: según la IAEA, un fragmento del tamaño de un huevo de gallina equivale en potencia a 88 toneladas de carbón.
En México, el uranio está clasificado como Reserva Minera Nacional desde 1950, lo que significa que su exploración y explotación están reservadas exclusivamente al Estado. En Chihuahua, la zona con mayor concentración de este mineral se encuentra en la Sierra Peña Blanca, donde sitios como El Nopal, Las Margaritas y Puerto III suman alrededor de 2,789 toneladas de óxido de uranio, según el Servicio Geológico Mexicano.
Aunque actualmente no existe explotación comercial de este recurso en el país, el hallazgo reabre el debate sobre el futuro de la energía nuclear en México. Las discusiones no solo abarcan su potencial energético, sino también los riesgos ambientales, sociales y de seguridad que implica el uso y manejo de materiales radiactivos.